Dos poemas de Parra

/ 31 diciembre 2021 /


ENTONCES

  no se extrañen
si me ven simultáneamente
en dos ciudades distintas

oyendo misa en una capilla del Kremlin
o comiéndome un hot-dog
en un aeropuerto de Nueva York

en ambos casos soy exactamente el mismo
aunque no lo parezca soy el mismo



A PROPÓSITO DE LA ESCOPETA

 
POR SINCERO casi me jodo
por optimista me embromé
por compasivo —por humilde
recibo mi buen puntapié:
eso pasa por pelotudo
por andar predicando el bien
 
Menos mal que todo ha cambiado
ahora que robo a granel
medallas de oro y de plata
ahora que como por cien:
todos me respetan ahora
que no pido ni doy cuartel
 
Soy el regalón de la Chimba
ahora que perdí la fe
espero que me canonicen
de un momento a otro. Amén
 
                         *
 
17 ELEMENTOS SUBVERSIVOS
fueron sorprendidos ayer
en los alrededores de La Moneda
transportando naranjas
y un ejemplar de la Sagrada Biblia
 
3 de ellos se dieron a la fuga
no sin antes batirse con la policía
que se vio obligada a actuar en defensa propia
 
los delincuentes resultaron muertos
 

                         *
 
POESÍA POESÍA todo poesía
hacemos poesía
hasta cuando vamos a la sala de baño
 
palabras textuales del Cristo de Elqui
 
mear es hacer poesía
tan poesía como tañer el laúd
o cagar o poetizar o tirarse peos
 
y vamos viendo qué es la poesía
 
palabras textuales del Profeta de Elqui
 
                         *
 
Y POR FAVOR destruye este papel
la poesía te sigue los pasos
a mí también
                           a todos nosotros

 

Nicanor Parra

Al lector

/ 26 diciembre 2021 /

 


La necedad, el error, el pecado, la tacañería,
Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,
Y alimentamos nuestros amables remordimientos,
Como los mendigos nutren su miseria.

Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;
Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones,
Y entramos alegremente en el camino cenagoso,
Creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.

Sobre la almohada del mal está Satán Trismegisto
Que mece largamente nuestro espíritu encantado,
Y el rico metal de nuestra voluntad
Está todo vaporizado por este sabio químico.

¡Es el Diablo quien empuña los hilos que nos mueven!
A los objetos repugnantes les encontramos atractivos;
Cada día hacia el Infierno descendemos un paso,
Sin horror, a través de las tinieblas que hieden.

Cual un libertino pobre que besa y muerde
el seno martirizado de una vieja ramera,
Robamos, al pasar, un placer clandestino
Que exprimimos bien fuerte cual vieja naranja.

Oprimido, hormigueante, como un millón de helmintos,
En nuestros cerebros bulle un pueblo de Demonios,
Y, cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
Desciende, río invisible, con sordas quejas.

Si la violación, el veneno, el puñal, el incendio,
Todavía no han bordado con sus placenteros diseños
El canevás banal de nuestros tristes destinos,
Es porque nuestra alma, ¡ah! no es bastante osada.

Pero, entre los chacales, las panteras, los podencos,
Los simios, los escorpiones, los gavilanes, las sierpes,
Los monstruos chillones, aullantes, gruñones, rampantes
En la jaula infame de nuestros vicios,

¡Hay uno más feo, más malo, más inmundo!
Si bien no produce grandes gestos, ni grandes gritos,
Haría complacido de la tierra un despojo
Y en un bostezo tragaríase el mundo:

¡Es el Tedio! -los ojos preñados de involuntario llanto,
Sueña con patíbulos mientras fuma su pipa,
Tú conoces, lector, este monstruo delicado,
-Hipócrita lector, -mi semejante, -¡mi hermano!

 

Charles Baudelaire

 

 

Todos ustedes parecen felices

/ 16 diciembre 2021 /


 …Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen , incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.

 

Ángel González

Alabanza a mi hermana

/ 11 diciembre 2021 /


 Mi hermana no escribe poemas
y es improbable que de pronto comience a escribir poemas.
Le viene de su madre, que no escribía poemas,
y de su padre, que tampoco escribía poemas.
Bajo el techo de mi hermana me siento a salvo:
nada impulsaría al marido de mi hermana a escribir poemas.
Y aunque suene como un poema de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se ocupa de escribir poemas.
En el escritorio de mi hermana no hay poemas viejos
ni nuevos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a cenar,
sé que no tiene intenciones de leerme poemas.
Hace magníficas sopas sin esfuerzo,
y su café no se derrama sobre manuscritos.

En muchas familias nadie escribe poemas,
pero cuando lo hacen, rara vez es sólo una persona.
Algunas veces la poesía fluye en cascadas de generaciones
que ocasionan temibles corrientes en las relaciones familiares.

Mi hermana cultiva una prosa hablada decente,
toda su producción literaria está en tarjetas postales veraniegas
que prometen la misma cosa cada año:
que cuando vuelva
nos contará todo,
todo,
todo.


Wislawa Szymborska


Traducción de Oscar Aguilera F.

Lluvia

/ 18 noviembre 2021 /

 


 

Llueve y tú dices es como si las nubes

lloraran. Luego te cubres la boca y apresuras

el paso. ¿Como si esas nubes escuálidas lloraran?

Imposible. Pero entonces, ¿de dónde esa rabia,

esa desesperación que nos ha de llevar a todos al diablo?

La Naturaleza oculta algunos de sus procedimientos

en el Misterio, su hermanastro. Así esta tarde

que consideras similar a una tarde del fin del mundo

más pronto de lo que crees te parecerá tan sólo

una tarde melancólica, una tarde de soledad perdida

en la memoria: el espejo de la Naturaleza. O bien

la olvidarás. Ni la lluvia, ni el llanto, ni tus pasos

que resuenan en el camino del acantilado importan;

Ahora puedes llorar y dejar que tu imagen se diluya

en los parabrisas de los coches estacionados a lo largo

del Paseo Marítimo. Pero no puedes perderte.

 

 

Roberto Bolaño 

Bilbao song

/ 10 noviembre 2021 /


Se puede conocer una ciudad

paseando por sus calles, emigrando,

bebiendo en sus tabernas,

y también, por supuesto,

de otras cien mil maneras.

Yo conocí Bilbao

yendo a comprar cristales

para una empresa en la que trabajé;

y aunque después la he visto muchas veces

pienso que como entonces

no la veré jamás,

con su café de gatos y mujeres

en aquel barrio hermoso

como la muerte, y luego,

anatemas murales, niños blancos

llevados por niñeras increíbles,

luz de plomo y carbón

en los paseos,

y monjas monjas monjas

y bocadillos de jamón,

historias de un pasado tenebroso

conversaciones, niño

pórtate bien, qué leches,

sírvanos dos chiquitos paga éste,

ayer trincaron a Ramón,

ay mi chico, me matas,

sigue sigue,

y el zumbido, el martillo,

la competencia de las vagonetas,

todo rodeando aquel Bilbao absurdo

con aire medio inglés y derrotado,

ciudad para vivir, para beber,

si no le llevan los demonios, oiga,

y tanto ruido junto

para nada,

tanta muerte en la guerra

y la perdieron,

tanto placer, y sólo por diez duros.



José Agustín Goytisolo


Píos deseos para empezar el año

/ 06 octubre 2021 /

Pasada ya la cumbre de la vida,
justo del otro lado, yo contemplo
un paisaje no exento de belleza
en los días de sol, pero en invierno inhóspito.
Aquí sería dulce levantar la casa
que en otros climas no necesité,
aprendiendo a ser casto y a estar solo.
Un orden de vivir, es la sabiduría.
Y qué estremecimiento,
purificado, me recorrería
mientras que atiendo al mundo
de otro modo mejor, menos intenso,
y medito a las horas tranquilas de la noche,
cuando el tiempo convida a los estudios nobles,
el severo discurso de las ideologías
—o la advertencia de las constelaciones
en la bóveda azul...
Aunque el placer del pensamiento abstracto
es lo mismo que todos los placeres:
reino de juventud.


Jaime Gil de Biedma

Los gatos lo sabrán

/ 30 septiembre 2021 /


Aún caerá la lluvia

sobre dulces empedrados,

una lluvia ligera

como un hálito o un paso.

Aún la brisa y el alba

florecerán ligeras

como bajo tu paso,

y tú regresarás.

Entre flores y alféizares,

los gatos lo sabrán.


Llegarán otros días,

llegarán otras voces.

Sonreirás sola.

Los gatos lo sabrán.

Oirás viejas palabras,

vanas y cansadas

como vestidos usados

de las fiestas pasadas.


Tú también harás gestos.

Responderás palabras;

rostro de primavera,

tú también harás gestos.


Los gatos lo sabrán,

rostro de primavera,

y la lluvia ligera,

el alba de jacinto,

que el corazón lacera

de quien no te espera,

son la triste sonrisa

que tú sonríes sola,

Llegarán otros días,

voces y despertares.

Sufriremos al alba,

rostro de primavera.

 


Cesare Pavese

 

 


 

 

.

Fuga de la muerte

/ 15 septiembre 2021 /


 

Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche

bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
danza

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita



Paul Celan


(Traducción de de José Ángel Valente)

 

Tres poemas de Ungaretti

/ 23 agosto 2021 /

 

  

A la salida


Quién viniera conmigo a través de los campos


El sol se esparce en diamantinas

gotas de agua

sobre la frágil hierba


Me recuesto con

el placer

del apacible corazón del universo


Las montañas crecen

en corrientes de sombra lila

y se perfilan contra el cielo


En la luminosa cúpula arriba

el hechizo se ha roto


Y yo retorno hacia mí

y anidado me escondo dentro de mí mismo




Distante


Distante en una tierra distante

como a un hombre ciego

ellos me han abandonado




Vagabundo


En ningún

sitio

de la tierra

me puedo

afincar


A cada

nuevo

clima

que encuentro

descubro

transido

que

ya una vez

le estuve

acostumbrado


Y me desprendo siempre

extranjero


Naciendo

vuelto de épocas demasiado

vividas


Gozar un sólo

minuto de vida

inicial


Busco un lugar

inocente

 


Giuseppe Ungaretti

 

 

Soneto a Orfeo XIX

/ 05 agosto 2021 /

 

También cambia tan rápido el mundo
como las formas de las nubes,
todo lo terminado cae
hogar de los ancestros.

Sobre el cambio y el andar,
más lejos y más libre,
tu canción aún suena,
Dios de la lira.

Los sufrimientos no se entienden,
ni se aprende el amor,
y lo que la muerte
nos quita,

no es revelado.
Solamente la canción sobre la tierra
consagra y engrandece.


 

Rainer Maria Rilke

Palabras

/ 24 julio 2021 /


Solo: tú y las palabras,
y solo de verdad,
clarines y arcos de triunfo
no están en este ser.

Tú les miras el alma,
su primer rostro buscas
años y años - mátate,
no vas a encontrar nada.

Y allí lucen antorchas,
en aquel dulce hogar
donde moran los hombres,
y de labios rosados,
cuelga, de labios húmedos,
cual perla, inofensiva, la palabra.

Mas tus años se ajan
de un modo diferente,
hasta los sueños: silabas -
mas tú, callado, te vas yendo

 

Gottfried Benn


(Versión de Eustaquio Barjau)

Mi Mirada

/ 17 julio 2021 /


 

Mi mirada es nítida como un girasol.
Tengo la costumbre de ir por los caminos

mirando a la derecha y a la izquierda,
y de vez en cuando mirando para atrás...
Y lo que veo a cada instante
es lo que nunca había visto antes,
y me doy cuenta muy bien de ello...

Sé sentir el pasmo esencial
que tiene
un niño si, al nacer,
de veras reparase en que nacía...
Me siento nacido a cada instante

a la eterna novedad del mundo...
Creo en el mundo como en una margarita
porque lo veo.
Pero no pienso en él
porque pensar es no comprender...
El mundo no se ha hecho para que pensemos en él
(pensar es estar enfermo de los ojos),
sino para que lo miremos y estemos de acuerdo...

Yo no tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la naturaleza, no es porque sepa lo que es,
sino porque la amo, y la amo por eso,

porque quien ama nunca sabe lo que ama

ni sabe por qué ama, ni lo que es amar...

Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar...

 

Fernando Pessoa
(Alvaro Caeiro)

Porque escribí

/ 11 junio 2021 /


 

Ahora que quizás, en un año de calma,

piense: la poesía me sirvió para esto:

no pude ser feliz, ello me fue negado,

pero escribí.


Escribí: fui la víctima

de la mendicidad y el orgullo mezclados

y ajusticié también a unos pocos lectores;

tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;

una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.


Pero escribí: tuve esta rara certeza,

la ilusión de tener el mundo entre las manos

—¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco

con toda su crueldad innecesaria—

Escribí, mi escritura fue como la maleza

de flores ácimas pero flores en fin,

el pan de cada día de las tierras eriazas:

una caparazón de espinas y raíces


De la vida tomé todas estas palabras

como un niño oropel, guijarros junto al río:

las cosas de una magia, perfectamente inútiles

pero que siempre vuelven a renovar su encanto.


La especie de locura con que vuela un anciano

detrás de las palomas imitándolas

me fue dada en lugar de servir para algo.

Me condené escribiendo a que todos dudarán

de mi existencia real,

(días de mi escritura, solar del extranjero).

Todos los que sirvieron y los que fueron servidos

digo que pasarán porque escribí

y hacerlo significa trabajar con la muerte

codo a codo, robarle unos cuantos secretos.

En su origen el río es una veta de agua

—allí, por un momento, siquiera, en esa altura—

luego, al final, un mar que nadie ve

de los que están braceándose la vida.

Porque escribí fui un odio vergonzante,

pero el mar forma parte de mi escritura misma:

línea de la rompiente en que un verso se espuma

yo puedo reiterar la poesía.


Estuve enfermo, sin lugar a dudas

y no sólo de insomnio,

también de ideas fijas que me hicieron leer

con obscena atención a unos cuantos psicólogos,

pero escribí y el crimen fue menor,

lo pagué verso a verso hasta escribirlo,

porque de la palabra que se ajusta al abismo

surge un poco de oscura inteligencia

y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.


Porque escribí no estuve en casa del verdugo

ni me dejé llevar por el amor a Dios

ni acepté que los hombres fueran dioses

ni me hice desear como escribiente

ni la pobreza me pareció atroz

ni el poder una cosa deseable

ni me lavé ni me ensucié las manos

ni fueron vírgenes mis mejores amigas

ni tuve como amigo a un fariseo

ni a pesar de la cólera

quise desbaratar a mi enemigo.


Pero escribí y me muero por mi cuenta,

porque escribí porque escribí estoy vivo.

 

 

Enrique Lihn 

 



 

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