Vallejo y Neruda: Dos modos de influir por Mario Benedetti

/ 27 junio 2009 /

Hoy en día parece bastante claro que, en la actual poesía hispanoamericana, las dos presencias tutelares se llaman Palo Neruda y César Vallejo. No pienso me­terme aquí en el atolladero de decidir qué vale más: si el caudal incesante, avasallador, abundante en plenitudes, del chileno, o el lenguaje seco a veces, irre­gular, entrañable y estallante, vital hasta el sufrimiento, del peruano. Más allá de discutibles o gratuitos cotejos, creo sin embargo que es posible relevar una esencial diferencia en cuanto tiene relación con las influencias que uno y otro ejercieron y ejercen en las generaciones posteriores, que inevitablemente reconocen su magis­terio.
En tanto que Neruda ha sido una influencia más bien paralizante, casi diría frustránea, como si la ri­queza de su torrente verbal sólo permitiera una imitación sin escapatoria, Vallejo, en cambio, se ha cons­tituido en motor y estímulo de los nombres más au­ténticamente creadores de la actual poesía hispanoame­ricana. No en balde la obra de Nicanor Parra, Sebas­tián Salazar Bondy, Gonzalo Rojas, Ernesto Cardenal, Roberto Fernández Retamar y Juan Gelman, revelan, ya sea por vía directa, ya por influencia interpósita, la marca vallejiana; no en balde, cada uno de ellos tiene, pese a ese entronque común, una voz propia e inconfundible. (A esa nómina habría que agregar otros nombres como Idea Vilariño, Pablo Armando Fernández, Enrique Lihn, Claribel Alegría, Humberto Megget o Joaquín Pasos, que, aunque situados a mayor distancia de Vallejo que los antes mencionados, de todos modos están en sus respectivas actitudes frente al hecho poé­tico más cerca del autor de Poemas humanos que del de Residencia en la tierra).
Es bastante difícil hallar una explicación verosímil a ese hecho que me parece innegable. Sin perjuicio de reconocer que, en poesía, las afinidades eligen por sí mismas las vías más imprevisibles o los nexos más eso­téricos, y unas y otros suelen tener poco que ver co lo verosímil, quiero arriesgar sobre el mencionado fenó­meno una interpretación personal.
La poesía de Neruda es, antes que nada, palabra. Pocas obras se han escrito, o se escribirán, en nuestra lengua, con un lujo verbal tan asombroso como las primeras Residencias o como algunos pasajes del Canto general. Nadie como Neruda para lograr un insólito centelleo poético mediante el simple acoplamiento de un sustantivo y un adjetivo que antes jamás habían sido aproximados. Claro que en la obra de Neruda hay tam­bién sensibilidad, actitudes, compromiso, emoción, pero (aun cuando el poeta no siempre lo quiera así) todo parece estar al noble servicio de su verbo. La sensibidad humana, por amplia que sea, pasa en su poesía casi inadvertida ante la más angosta sensibilidad del lenguaje; las actitudes y compromisos políticos, por de­tonantes que parezcan, ceden en importancia frente a la actitud y el compromiso artísticos que el poeta asume frente a cada palabra, frente a cada uno de sus en­cuentros y desencuentros. Y así con la emoción y con el resto. A esta altura, yo no sé qué es más creador en los divulgadísimos Veinte poemas: si las distintas estancias de amor que que le sirven de contexto o la formidable capacidad para hallar un original lenguaje destinado a cantar ese amor. Semejante poder verbal puede llegar a ser tan hipnotizante para cualquier poeta, lector de Neruda, que si bien, como todo paradigma, lo em­puja a la imitación, por otra parte, dado el carácter del deslumbramiento, lo constriñe a una zona tan espe­cífica que hace casi imposible el renacimiento de la originalidad. El modo metaforizador de Neruda tiene tanto poder, que a través de incontables acólitos o se­guidores ó epígonos, reaparece como un gen imborra­ble, inextinguible.
El legado de Vallejo, en cambió, llega a sus des­tinatarios por otras vías y moviendo quizás otros re­sortes. Nunca, si siquiera en sus mejores momentos, la poesía del peruano da la impresión de una espontaneidad torrencial. Es evidente que Valle (como Unamu­no) lucha denodadamente con el lenguaje, y muchas veces, cuando consigue al fin someter la indómita palabra, no puede evitar que aparezcan en ésta las cica­trices del combate. Si Neruda posee morosamente a la palabra, con pleno consentimiento de ésta, Vallejo en cambio la posee violentándola, haciéndole decir y aceptar por la fuerza un nuevo y desacostumbrado sentido. Neruda rodea a la palabra de vecindades insólitas, pero no violenta su significado esencial; Vallejo, en cambio, obliga a la palabra a ser y decir algo que nó figuraba en su sentido estricto. Neruda se evade pocas veces del diccionario; Vallejo, en cambió, lo contradice de con­tinuo.
El combate que Vallejo libra con la palabra, tiene la extraña armonía de su temperamento anárquico, di­sentidor, pero no posee obligatoriamente una armonía literaria, dicho sea esto en el más ortodoxo de sus sen­tidos. Es como espectáculo humano (y no sólo como ejercicio puramente artístico) que la poesía de Vallejo fascina a su lector, pero una vez que tiene lugar ese primer asombro, todo el resto pasa a ser algo subsi­diario, por valioso e ineludible que ese restó resulte como intermediación.
Desde el momento que el lenguaje de Vallejo no es lujo sino disputada necesidad, el poeta-lector no se detiene allí, no es encandilado. Ya que cada poema es un campo de batalla, es preciso ir más allá, buscar el fondo humano, encontrar al hombre, y entonces sí, apo­yar su actitud, participar en su emoción, asistirlo en su compromiso, sufrir con su sufrimiento. Para sus res­pectivos poetas-lectores, vale decir para sus influidos, Neruda funciona sobre todo como un paradigma literario; Vallejo, en cambió, así sea a través de sus poe­mas, como un paradigma humano.
Es tal vez por eso que su influencia, cada día mayor, no crea sin embargo meros imitadores. En el caso de Neruda lo más importante es el poema en si; en el caso de Vallejo, lo más importante suele ser lo que está antes (o detrás) del poema. En Vallejo hay un fondo de honestidad, de inocencia, de tristeza, de rebelión, de desgarramiento, de algo que podríamos llamar soledad fraternal, y es en ese fondo donde hay que de hay buscar las hondas raíces, las no siempre claras motiva­ciones de su influencia.
A partir de un estilo poderosamente personal, pero de clara estirpe literaria, como cl de Neruda, cabe en­contrar seguidores sobre todo literarios que no consi­guen llegar a su propia originalidad, o que llegarán más tarde a ella por otros afluentes, por otros atajos. A partir de un estilo como el de Vallejo, construido poco menos que a contrapelo de lo literario, y que es siempre el resultado de una agitada combustión vital, cabe encontrar, ya no meros epígonos o imitadores, sino más bien auténticos discípulos, para quienes el magis­terio de Vallejo comienza antes de su aventura literaria, la atraviesa plenamente y se proyecta hasta la hora actual.
Se me ocurre que de todos los libros de Neruda, sólo hay uno, Plenos poderes, en que su vida personal liga entrañablemente a su expresión pética. (Curio­samente, es quizá el título menos apreciado por la crí­tica, habituada a celebrar otros destellos en la obra del poeta; para mi gusto, ese libro austero, sin concesiones, de ajuste consigo mismo, es de lo más auténtico y va­lioso que ha escrito Neruda en los últimos años. Someto al juicio del lector esta inesperada confirmación de mi tesis: de todos los libros del gran poeta chileno, Plenos poderes es, a mi juicio, el único en que son reconoci­bles ciertas legítimas resonancias de Vallejo). En los otros libros, los vericuetos de la vida personal importan mucho menos, o aparecen tan transfigurados, que la nitidez metafórica hace olvidar por completo la validez autobiográfica. En Vallejo, la metáfora nunca impide ver la vida; antes bien, se pone a su servicio. Quizá habría que concluir que en la influencia de Va­llejo se inscribe una irradiación de actitudes, o sea, después de todo, un contexto moral. Ya sé que sobre esta palabra caen todos los días varias paladas de indignación científica. Afortunadamente, los poetas no siempre están al día con las últimas noticias. No obstante, es un hecho a tener en cuenta: Vallejo, que luchó a brazo partido con la palabra pero extrajo de sí mismo una actitud de incanjeable calidad humana, está milagrosa­mente afirmado en nuestro presente, y no creo que haya crítica, o esnobismo, o mala conciencia, que sean capaces de desalojarlo.

Mario Benedetti

(Letras del continente mestizo, Montevideo: Arca, 1972, pp. 35-39)
Leido en Literatura.us

Juan Gelman - Los Poemas de Sidney West

/ 26 junio 2009 /

Los poemas de Sidney West, Galerna, Buenos Aires, 1969. (reeditado en 1995)

Traducciones III. Los poemas de Sidney West(1969). Continuando una serie iniciada dentro de Cólera buey con Traducciones I y Traducciones II (subtitulados Los poemas de John Wendell y Los poemas de Yamanocuchi Ando), Gelman inventa un poeta extranjero al que simula traducir, pero además cada poema cuenta la historia de un personaje, ambientadas todas en un pequeño pueblo norteamericano. Lo que más importa, con base en una práctica delirante de la ficción, es el desenfadado juego creador con el lenguaje. La recurrencia a una aparente forma narrativa y la extrema libertad expresiva, aun más exasperada y cargada de humor, reaparecen en el libro siguiente, Fábulas (1971), ahora aplicados a diversos personajes imaginarios o de la historia, con un contenido político más fuerte y dramático.

(Daniel Freidemberg, Especial La Maga, dedicado a Juan Gelman)




ALGUNOS POEMAS


LAMENTO POR LA MUERTE DE PARSIFAL HOOLIG

empezó a llover vacas
y en vista de la situación reinante en el país
los estudiantes de agronomía sembraron desconcierto
los profesores de ingeniería proclamaron su virginidad
los bedeles de filosofía aceitaron las grampas de la razón intelectual
los maestros de matemáticas verificaron llorando el dos más dos
los alumnos de lenguaje inventaron buenas malas palabras

esto ocurrió al mismo tiempo
un oleaje de nostalgia invadía las camas del país
y las parejas entre sí se miraban como desconocidos
y el crepúsculo era servido en el almuerzo por padres y madres
y el dolor o la pena iba vistiendo lentamente a los chiquitines
y a unos se les caía el pecho y la espalda a otros y nada a los demás
y a Dios lo encontraron muerto varias veces
y los viejos volaban por el aire agarrados a sus testículos resecos
y las viejas lanzaban exclamaciones y sentían puntadas en la memoria o el olvido según
y varios perros asentían y brindaban con armenio coñac
y a un hombre lo encontraron muerto varias veces

junto a un viernes de carnaval arrancado del carnaval
bajo una invasión de insultos otoñales
o sobre elefantes azules parados en la mejilla de Mr. Hollow
o alrededor de alondras en dulce desafío vocal con el verano
encontraron muerto a ese hombre
con las manos abiertamente grises
y las caderas desordenadas por los sucesos de Chicago
un resto de viento en la garganta
25 centavos de dólar en el bolsillo y su águila quieta
con las plumas mojadas por la lluvia infernal

¡ah queridos!
¡esa lluvia llovió años y años sobre el pavimento de Hereby Street
sin borrar la más mínima huella de lo acontecido!
¡sin mojar ninguna de las humillaciones ni uno solo de los miedos
de ese hombre con las caderas revueltas tiradas en la calle
tarde para que sus terrores puedan mezclarse con el agua y pudrirse y terminar!

así murió parsifal hoolig
cerró los ojos silenciosos
conservó la costumbre de no protestar
fue un difunto valiente
y aunque no tuvo necrológica en el New York Times ni el Chicago Tribune se ocupó de él
no se quejó cuando lo recogieron en un camión del servicio municipal
a él y a su aspecto melancólico
y si alguno supone que esto es triste
si alguno va a pararse a decir que esto es triste
sepa que esto es exactamente lo que pasó
que ninguna otra cosa pasó sino esto
bajo este cielo o bóveda celeste



LAMENTO POR LA TÓRTOLA DE BUTCH BUTCHANAM

el pobre butch butchanam pasó sus últimos años
cuidando a una tórtola ciega y sin querer ver a nadie
en solidaridad con el pájaro al que amaba y cuidaba
y a veces aleteaba en su hombro dejando caer
un dulce sonido a naranjos azules girando por el cielo
a demonios de pie sobre un ratón
a monos de piedra sorprendidos en el acto de hacer

“oh tórtola” decía butch butchanam “amas la ceguera
y yo convertí mi corazón en ceguera
para que vueles alrededor de él y te quedes”
pero lo que debe desaparecer
todo lo que se masca come chupa bebe o saborea
venía con el crepúsculo y tristeza para butch
tristeza para butch

el cual:
soñaba con el desierto sembrado de calaveras de vaca
los castillos de arena instantánea o polvo rápidamente quieto en tierra
los oleajes (como de serpiente) del tiempo en Melody Spring
y los antepasados que ya no conocían la muerte ni el dolor de la muerte
y hablaban un idioma lento amarillo feliz
como un lazo de oro al cuello

noches y noches soñó butch butchanam
hasta que supo que iba a morir
enfiló su cama hacia el sur y se acostó de espaldas al cielo
y dejó escrito en la tórtola que lo enterraran de espaldas al cielo
y aquí yace de espaldas al cielo mirando todo lo que baja y sube
en Melody pueblo de miserables que:

degollaron la tórtola la asaron se la comieron
y comprobaron con cristiano horror
que los miraba desde el plato
con el recuerdo de sus ojos



LAMENTO POR LA CAMISA DE SAM DALE

sam dale no quería
dormir solo con sus sudores
y a la madre le dijo “madre”
búscame novia entre los odios del día”

así creció perseguido por olor
que nunca supo conseguir
la madre madrecía cada noche
pero no había caso

“ah” decía sam dale al final de su chaleco
hermoso como un secretario general
“novia mía ¿porqué no venís?
novia mía ¿qué suelo ató tus sienes?”

la novia de sam dormía y hacía amanecer
de sus dos pies salía el sol la luz
y era bella como los pies de Dios
atados siempre siempre

a tanto dolor atados pero no Dios sino el grande amor
duerme atado a profunda claridad
no lo despierten hijos
que duerma duerma duerma

a menos que le den de comer
él duerme porque no le darían de comer
y duerme hermoso hermoso
como la novia de los yules verdes

como la novia del amor primero
ella está muerte y yo la quiero
pero sam dale ni nada
él pedía a la madre por la esposa del río

la esposica estaba en el río vestida de amarillo
haciendo una cama grande con las aguas
corinas con los pájaros para que entre la mañana cantando
y aún la muerte cuando debiera entrar

peor sam dale vigilaba la puerta y Dios no entra por ahí
así que viuda tora marinera se le murió la camisa
y la enterró ya tarde ya tardísimo
y manzanitas de oro había en las ramas

¡gracia que tiene lo perro!
¡ah muérdanos la cara para despertar!
a sam dale lo pusieron en una copa de vidrio
“¡ah tripa dolorosa!” decía hablando del corazón

la flor de su camisa tapo o mundo celéstese sam dale
cuándo despertaremos mi dios
novia dormía hermosa hermosa con un lunar de amor
y un ruiseñor que le cantaba enemigos

sam dale cruzó Alabama como un fuego
dejó en herencia una mañana que las gallinas picotearon
y del costado le caían señoras
acabaditas de nacer

¡ah sam dale te tomaron el alma en mitad del arenal!
no debiera dormir mal ahora a las tres de la tarde tu entierro pasó
al pie de tu retrato ella se arrodilló
pobre con una cuna blanca sola



LAMENTO POR LA HISTORIA DE CAB CALLOWAY

hay hombres con una historia o dos
pero cab calloway tenía otra historia
a nadie la podía mostrar y le pesaba
más que el Día de la Santa Consolación

¡ah cab calloway hijo!
toda sabiduría es poca eso se sabe
con los brazos hundidos hasta el codo en la espesa marea
se le volvían dulces las mujeres

y terribles como un cuento de hadas
la Bella Durmiente se la pasaba despertando
cómo salir del bosque oscuro
cómo salir preguntaba cab calloway

“por áhi anda el cansancio haciendo ruidos” decía pero no
cab calloway arregló su corazón como una casa
puso la mesa y bebió
a la salud de todos los vivientes

ninguno conocía a cab calloway
pero una especie de huno o vos o calor o luz
se les caía en la cabeza según
cuando cab calloway brindaba

de modo que está bien
el pajarito está contento
salta y salta en la jaula y canta
¡ah cab calloway padre!

un día de estos se murió y lo enterraron con sus pies
que asistieron respetuosos a toda la ceremonia
y después se fueron por el campo
y en la pieza de cab calloway lloraban las mujeres

cuando las lágrimas se secaron
el pajarito se las comió
el pajarito está contento
salta y salta en la jaula y canta

una mujer a lo mejor le abrazaba los pies a cab calloway
antes de que se fueran por el campo
hundiéndose hasta el codo en la espesa marea
ya vueltos dulces dulces


JUAN GELMAN

Biografia Juan Gelman

/ 25 junio 2009 /


Hincha de Atlanta, tangero, periodista, traductor, escritor, revolucionario y poeta. Juan Gelman es hoy en día uno de los poetas mas reconocidos e importantes de nuestra lengua.

Nacido en Buenos Aires, Argentina, el 03 de mayo de 1930. Fue el único hijo nacido en argentina de una familia de inmigrantes judios-ucranianos. Su padre, quien participo en la revolución rusa, decepcionado por el giro que esta toma decide que es hora de emigrar y es así como nuestro poeta nace lejos de la tierra de sus padres.

Desde muy niño demuestra curiosidad por la palabra, sobretodo en su forma hablada. Una oralidad que podemos encontrar en toda su obra. "yo no le entendía nada, pero me llamaba la atención como sonaba" nos dice refiriéndose al recuerdo de una lectura de versos de Pushkin que escuchara en ruso de su hermano mayor.

En 1948 entra a estudiar química a la universidad de Buenos Aires, pero rápidamente se da cuenta que lo suyo es la poesía, por lo que abandona esa carrera para dedicarse a la poesía.

En 1956 publica su primer libro, Violín y otras cuestiones. Libro de poemas que tuvo buena aceptación y que incluía una presentación del poeta Gonzalez Tuñon.

El golpe militar de 1976 lo encuentra en el extranjero donde había sido enviado por la agrupación de izquierda Montoneros para dar a conocer las violaciones a los derechos humanos que ocurrían en la Argentina de Isabel Perón. Hecho que, sin embargo, no lo libra de ser una de las miles de victima de las atrocidades cometidas por Junta Militar que dictaba el destino de Argentina, ya que el 26 de Agosto de ese año secuestran desde su casa a dos de sus hijos -Nora y Marcelo de 19 y 20 años respectivamente- y a su nuera Claudia de 19 años, quien se encontraba embarazada de 7 meses. Nora es liberada días mas tarde, pero Marcelo y Claudia formaron parte de los 30.000 detenidos desaparecidos que dejó el régimen de terror de la Junta Militar. 14 años después es hallado, en el río San Fernando, un cuerpo dentro de un tambor de aceite relleno con cemento y con un tiro en la nuca, es el cuerpo de su hijo Marcelo. De su nuera Claudia se supo que fue llevada a Montevideo, donde se la dejó tener a su Bebé -la que fue regalada- pero jamás se encontraron sus restos. Su nieta fue encontrada el año 2000 en Montevideo.

Durante su exilio muere su madre a quien le escribirá su poema Carta a mi Madre.

El año 2007 es merecedor del premio Cervantes -premio que podría compararse con el novel para las letras en castellano-, pero Gelman insiste en que el mayor premio que le hayan dado es el que le brindo el club del que es hincha, Atlanta, nombrando su biblioteca con el nombre del poeta.

Hoy en día reside en Mexico junto a su esposa Mara.



Publicaciones:

Poesía
* Violín y otras cuestiones (1956)
* El juego en que andamos (1959)
* Velorio del solo (1961)
* Gotán (1962)
* Cólera buey (1964)
* Traducciones III. Los poemas de Sydney West (1969)
* Fábulas (1971)
* Relaciones (1973)
* Hechos y relaciones (1980)
* Si dulcemente (1980)
* Citas y Comentarios (1982)
* Hacia el Sur (1982)
* Com/posiciones (1986)
* Interrupciones I (1986)
* Interrupciones II (1988)
* Anunciaciones (1988)
* Carta a mi madre (1989)
* Salarios del impío (1993)
* Dibaxu (1994)
* Incompletamente (1997)
* Valer la pena (2001)
* País que fue será (2004)
* Mundar (2007)

Antologías poéticas

* Poemas, Casa de las Américas, La Habana, 1960. (Al cuidado de Mario Benedetti y Jorge Timossi)
* Obra poética, Corregidor, Buenos Aires, 1975.
* Poesía, Casa de las Américas, La Habana, 1985. (Prólogo y selección de Víctor Casaus)
* Antología poética, Vintén, Montevideo, (1993). (Selección, prólogo y bibliografía completa de Lilián Uribe)
* Antología personal, Desde la Gente, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Buenos Aires, 1993.
* En abierta oscuridad, Siglo XXI, México, 1993.
* Antología poética, Espasa Calpe, Buenos Aires, 1994. (Selección y prólogo de Jorge Fondebrider)
* De palabra (1971-1987). Prólogo de Julio Cortázar, Visor, Madrid, 1994.
* Oficio Ardiente (2005), Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca.

Prosa

* Prosa de prensa, Ediciones B, España, 1997.
* Ni el flaco perdón de Dios/Hijos de desaparecidos (En coautoría con Mara La Madrid), Planeta, Buenos Aires, 1997.
* Nueva prosa de prensa, Ediciones B Argentina, Buenos Aires, 1999.
* Miradas, Seix Barral, Buenos Aires 2005.

Algunos Premios

* Premio Internacional Mondello de Poesía, 1980
* Premio Boris Vian, 1986
* Premio Nacional de Poesía (Argentina), 1997
* Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, 2000
* Homenaje en la Sala Ponce de Bellas Artes de México con motivo de sus 70 años de existencia, 2000
* Huesped Ilustre de Montevideo, 2000
* Doctor honoris causa (Universidad Nacional de San Martín, Argentina), 2001
* Premio de Poesía José Lezama Lima de la Casa de las Américas Cubana, Pesar todo, 2003
* Premio Nacional de las Letras Teresa de Ávila, 2004
* Premio Iberoamericano Ramón López Velarde, 2004
* Premio de la Feria del Libro de Buenos Aires, País que fue será, 2005
* Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2005
* Premio de Poesía Pablo Neruda, 2005
* Embabajador Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, 2006
* Medalla Isidro Fabela de la UNAM, 2006
* Ciudadano de Honor de Cartagena de Indias, 2007
* Premio Miguel de Cervantes (España), 2007

Gotán - Juan Gelman

/ /

Gotán (1956-1962)

La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1962. (Reeditado en 1996)
El disparate, el prosaísmo y el humor, a veces sarcástico, irrumpen con una gracia y un descaro hasta entonces desconocidos en la poesía argentina. Así y todo, persisten muchos rasgos anteriores, tanto que, como si englobara de esa manera una etapa, Gelman eligió el título de Gotán para el volumen aparecido en 1996 que por tercera vez reúne sus cuatro primeros libros. Ya en la primera de estas compilaciones, en 1970, habían sido definitivamente descartados varios poemas de Violín y otras cuestiones y de El juego en que andamos.

Daniel Freidemberg, Especial La Maga, dedicado a Juan Gelman.


Algunos Poemas


GOTÁN


Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus
manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.


EL FACTO Y LOS POETAS

Los poetas se mueren de vergüenza,
ningún decreto los prohibe,
ninguna radio los calumnia,
los poetas se mueren de vergüenza.

Alguna vez, de noche,
se ve pasar a un poeta con camello,
ubro de péstalos con crama espaminostas,
lástima, lástima, dicen las vecinas,
porque era un buen muchacho.

Muchos de ellos se encuentran sin cojones
en el momento culminante del cariño:
no es problema, se escriben un versito
pa' la posteridá.


UNA MUJER Y UN HOMBRE

Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de la luz,
mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.


FINAL

Ha muerto un hombre y están juntando su sangre
en cucharitas,
querido juan, has muerto finalmente.
De nada te valieron tus pedazos
mojados en ternura.

Cómo ha sido posible
que te fueras por un agujerito
y nadie haya ponido
el dedo para que te quedaras.

Se habrá comido toda la rabia del mundo
por antes de morir
y después se quedaba triste triste
apoyado en sus huesos.

Va te abajaron, hermanito,
la tierra está temblando de ti.
Vigilemos a ver dónde brotan sus manos
empujadas por su rabia inmortal.


JUAN GELMAN

Catalogo de e-Libros

/ 22 junio 2009 /

- A -
Anonimo - Popol Vuh
Anonimo - Cantar de Mio Cid
Anonimo - Libro de Alexandre
Anonimo - Libro de Apolonio
Anonimo - Danza General de la Muerte
Alfonso X - Cantigas de Santa Maria
Damaso Alonso - Seleccion de Poemas
Delmira Agustini - El Rosario de Eros
Delmira Agustini - La Arbolada
Manuel Altolaguirre - Seleccion
Reinaldo Arenas - Seleccion de Poemas
Vicente Aleixandre - Espadas Como Labios
Vicente Aleixandre - La Destruccion o el Amor

- B -
Charles Baudelaire - Las Letanias de Satán
Charles Bukowski - Abraza La Oscuridad
Charles Bukowski - Toca el Piano Borracho
Gioconda Belli - Poemas y Otros Escritos
Gioconda Belli - Poemas
Gonzalo de Berceo - Milagros de Nuestra Señora
Jorge Luis Borges - Atlas
Jorge Luis Borges - Cuaderno San Martín
Jorge Luis Borges - El Oro de Los Tigres
Jorge Luis Borges - El Otro el Mismo
Jorge Luis Borges - Fervor de Buenos Aires
Jorge Luis Borges - Historia de la Noche
Jorge Luis Borges - La Cifra
Jorge Luis Borges - La Moneda de Hierro
Jorge Luis Borges - La Rosa Profunda
Jorge Luis Borges - Los Conjurados
Jorge Luis Borges - Luna de Enfrente
Jorge Luis Borges - Para las Seis Cuerdas
Jorge Luis Borges - Pequeña Antologia
Jorge Luis Borges - Seleccion de Poemas
Mario Benedetti - El Amor, Las Mujeres y la Vida
Mario Benedetti - Poemas de la Oficina y Poemas de Hoy por Hoy
Mario Benedetti - Poemas de Otros
Mario Benedetti - Antologia Poetica
Mario Benedetti - Botella al Mar
Mario Benedetti - Canciones del Mas Acá
Mario Benedetti - Cotidianas
Mario Benedetti - El Cumpleaños de Juan Angel
Mario Benedetti - El Olvido esta lleno de Memoria
Mario Benedetti - Inventario II
Mario Benedetti - La Casa y el Ladrillo
Mario Benedetti - La Vida ese Parentesis
Mario Benedetti - Las Soledades de Babel
Mario Benedetti - Preguntas al Azar
Mario Benedetti - Rincon de Haikus
Mario Benedetti - Viento del Exilio
William Blake - Cantares de Inocencia
William Blake - Cantares de Experiencia
William Blake - El Libro de Thel, Tiriel
William Blake - El Matrimonio del Cielo y el Infierno

- C -
Catulo - Algunos Poemas a Lesbia
Evaristo Carriego - Poesía Completa
Evaristo Carriego - Misas Herejes
Ernesto Cardenal - Antología
Estanislao del Campo - Fausto
Cavafis - Cien Poemas
Pablo Antonio Cuadra - Antologia Poetica
Ramón de Campoamor - Los Pequeños Poemas
Rosalia de Castro - La Flor
San Juan de la Cruz - Poesias

- D -
Roque Dalton - Antología
Roque Dalton - Antologia Poetica
Roque Dalton - Desenterrando Poemas
Roque Dalton - La Ventana en el Rostro
Roque Dalton - Las Historias Prohibodas del Purgatorio
Roque Dalton - Otros Poemas
Roque Dalton - Taberna y Otros Lugares
Roque Dalton - Un Libro Levemente Odioso

- E -
Alfonso de Ercilla - La Araucana I
Alfonso de Ercilla - La Araucana II
Alfonso de Ercilla - La Araucana III
Andres Eloy Blanco - Poemas
Esteban Echeverria - El Matadero
Esteban Echeverria - La Cautiva
Jose de Espronceda - El Estudiante de Salamanca
Jose de Espronceda - Poemas
T. S. Eliot - Los Cuatro Cuartetos (J.E. Pacheco)
T. S. Eliot - La Tierra Baldía
T. S. Eliot - La Tierra Baldía (Ed. Bilingüe - A. Girri)
T. S. Eliot - La Tierra Baldía y Otros Poemas (H. Alvarado Tenorio)

- F -
John Forbes - Poemas
Roberto Fernandez Retamar - Buena Suerte Viviendo
Roberto Fernandez Retamar - Que Veremos Arder
Roberto Fernandez Retamar - Si a la Revolucion

- G -
Antonio Gala - Poemas de Amor
Federico Garcia Lorca - Divan del Tamarit
Federico Garcia Lorca - Libro de Poemas
Federico Garcia Lorca - Llanto por Ignacio Sanchez Mejias
Federico Garcia Lorca - Poema del Cante Jondo
Federico Garcia Lorca - Poeta en Nueva York
Federico Garcia Lorca - Romance Gitano
Juan Gelman - Gotán
Juan Gelman - Los Poemas de Sidney West
Juan Gelman - Salario del Impio/Cartas a mi Madre
Juan Gelman - Valer la Pena
Juan Gelman - Debí decir te Amo
Juan Gelman - Violin y Otras Cuestiones
Luis de Gongora - Fabula de Polifemo y Galatea
Luis de Gongora - Soledades
Luis de Gongora - Sonetos
Claudio Gilardoni - Antologia Personal
Claudio Gilardoni - Poesia Completa
Oliverio Girondo - Obras
Oliverio Girondo - Poesia Completa
Oliverio Girondo - Poemas Para ser Leidos en el Tranvia
Teofilo Gautier - Poemas

- H -
José Hernandez - Martin Fierro
José Hernandez - La Vuelta de Martin Fierro
Julio Herrera y Reissig - Poesía Completa y Prosa Selecta
Miguel Hernandez - Poemas de Amor
Miguel Hernandez - Poemas Sociales, de Guerra y de Muerte
Miguel Hernandez - Poemas Sueltos
Miguel Hernandez - Ultimos Poemas
Miguel Hernandez - Ausencias
Miguel Hernandez - Cancionero y Romancero de Ausencias
Miguel Hernandez - El Hombre Acecha
Miguel Hernandez - El Rayo que no Cesa
Miguel Hernandez - Elegia a Ramon Sije
Miguel Hernandez - El Hombre y su Poesia
Miguel Hernandez - Imagen de tu Huella
Miguel Hernandez - Viento del Pueblo
Vicente Huidobro - Altazor
Vicente Huidobro - Ecuatorial
Vicente Huidobro - Seleccion de poemas
Vicente Huidobro - Ultimos Poemas

- J -
Roberto Juarroz - Poesía Vertical (antologia)

- L -
Conde de Lautreamont - Poesias y Cartas
Conde de Lautreamont - Cantos de Maldoror

- M -
Franklin Mieses Burgos - Antología
Franklin Mieses Burgos - El Angel Destruido
Leopoldo Marechal - El Poema del Robot
Leopoldo Marechal - Varios Poemas

- N -
Amado Nervo - Elevacion
Amado Nervo - Misticas
Apolinar Nuñez - Antologia
Pablo Neruda - 100 Sonetos de Amor
Pablo Neruda - Los Versos del Capitan
Pablo Neruda - Confieso que He Vivido
Pablo Neruda - Canto General
Pablo Neruda - España en el Corazón
Pablo Neruda - Libro de las Preguntas
Pablo Neruda - Plenos Poderes

- O -
Olga Orozco - Poemas
Olga Orozco - Eclipse y Fulgores (Antología)

- P -
Heberto Padilla - Fuera de Juego
Nicanor Parra - Obra gruesa
Nicanor Parra - Poemas y Antipoemas
Nicanor Parra - Sermones y Predicas Cristo Elqui
Nicanor Parra - Artefactos Visuales
Fernando Pessoa - Antologia Poetica
Fernando Pessoa - Libro del Desasociego
Fernando Pessoa - Pessoana (Antología)
Alejandra Pizarnik - El Infierno Musical
Alejandra Pizarnik - Extraccion de la Piedra de la Locura
Alejandra Pizarnik - El arbol de Diana

- R -
Arthur Rimbaud - Iluminaciones
Arthur Rimbaud - Poesía Completa
Arthur Rimbaud - Temporada en el Infierno
Juan Ruiz Arcipreste de Hita - El Libro de Buen Amor
Rainer Maria Rilke - Cartas a un Joven Poeta
Rainer Maria Rilke - Libro de las Imagenes
Rainer Maria Rilke - Las Elegias del Duino

- S -
Alfonsina Storni - Poemas
Jaime Sabines - Antologia
Jaime Sabines - Antologia Poetica
Jaime Sabines - Despierta esta Muriendo (selección de E. Leunam)
Jaime Sabines - Poemas
Pedro Salinas - Antología Poetica
Pedro Salinas - Presagios
Pedro Salinas - Seguro Azar
Pedro Salinas - Fábula y Signo
Pedro Salinas - La Voz a ti Debida
Pedro Salinas - Razón de Amor
Pedro Salinas - Largo Lamento (fragmentos)
Pedro Salinas - Confianza
Pedro Salinas - El Contemplado
Pedro Salinas - Todo más Claro y Otros Poemas
Pedro Salinas - Presagios
Pedro Salinas - La Voz a Ti Debida
Pedro Salinas - Razón de Amor
Pedro Salinas - Seguro Azar
Pedro Salinas - Presagios

- T -
Rabindranath Tagore - El Jardinero
Lao Tse - Tao te King

- V -
Cesar Vallejo - De Sangre a Flor
Cesar Vallejo - Poesia Completa
Cesar Vallejo - Trilce
Cesar Vallejo - España Aparta de mi este Cadiz
Cesar Vallejo - Los Heraldos Negros
Cesar Vallejo - Poemas en Prosa
Cesar Vallejo - Poemas Humanos

- W -
Walt Whitman - Hojas de Hierba

- Z -
Raul Zurita - Anteparaiso

Objetivo: Compartir Poesía

/ 21 junio 2009 /
Empiezo este nuevo blog en un momento especial de mi vida -¿habrá un momento que no lo sea?-. ¿Por qué entonces comenzar un nuevo blog siendo que ya cuento con otros tres donde casi no publico y a los que tengo virtualmente abandonados?. La respuesta es muy personal, soi de los que creen en que la poesía hace menos malo el mundo –o lo hace mejor, si se quiere, depende como nos levantemos- y ya me estoi convenciendo de que es responsabilidad de cada uno hacer el intento por mejorar el mundo, este proyecto es mi intento.


Entonces Compartir poesía es simplemente eso COMPARTIR POESÍA, un intento de hacer un lugar mejor -o menos malo-. No hay mayor misterio. El segundo objetivo es hablar de poesía. El tercero es educar, aunque debería ser el primero.

Para lograr el primer objetivo, pretendo ir subiendo mi colección de ebooks -libros digitalizados- de poesía para quien los quiera descargar y leer. Por otro lado, ir digitalizando otros libros para aumentar la colección a compartir. Ahora si el querido y desocupado lector quiere donar algún libro de poemas para compartir bienvenido será también, es más, se espera precisamente eso, aumentar la colección con donaciones.

El segundo objetivo ya es más fácil de lograr. Tomando como punto de partida que se cumple el primer objetivo, es difícil no hablar de poesía. Ademas espero poder ir compartiendo material relacionado a la poesía, documentales, grabaciones, recitaciones, música, textos, criticas, etc. Y como ya habrá entendido el buen lector, el tercer objetivo se cumple de la mano del segundo, porque hablar de un tema con cierto orden y siguiendo un sistema claro para una mente despierta y dispuesta es sinónimo de educación.

Objetivo: COMPARTIR POESÍA!!!
Mi foto
El Vecino de Socrates
Desde el rio hasta el mar...
Ver todo mi perfil

Labels

Ajmatova Alberto Laiseca Aldana Alejandra Pizarnik Aleman Allen Ginsberg Alvaro Caeiro Angel Gonzalez Anonimo Antonio Gamoneda Antonio Machado Argentina Arthur Rimbaud Articulos Atilla Jozsef Audio AudioLibros Austria Baudelaire Becquer Benedetti Biografias Blanca Varela Boccanera Borges Caricatura Carta Catalogo Cavafis César Vallejo Cesare Pavese Charles Bukowski Chile Christian Morgenstern Conciertos Poeticos Costafreda Crisito Cuba Czeslaw Milosz Delmira Agustini Descargas Eduardo Anguita EEUU El Salvador Emilio Ballagas Emily Dickinson Enrique Lihn Ernesto Cardenal España Europa Ezra Pound Fernando Pessoa Ferrater Figueroa Floridor Perez Francia Francisca Aguirre Frases Gabriel Celaya Garcia Montero Generacion del 27 Generacion del 50 Georg Trakl Gil de Biedma Giuseppe Ungaretti Gonzalo Rojas Gottfried Benn Goytisolo Grecia Hafiz Hahn Heberto Padilla Herman Hesse Humor india Ingeborg Bachmann Inglaterra Italia Joan Margarit John Ashbery Jorge Teillier José Emilio Pacheco Juan de la Cruz Juan Gelman Julio Cortazar Juvencio Valle Latinoamerica Libros Loynaz Luis Cernuda Luis Rosales Macedonio Fernandez Mallarme Mark stand Mexico Miguel Hernandez Morike Musica Neruda Nicanor Parra Nicaragua Noticias Objetivo Octavio Paz Olga Orozco Osvaldo Lamborghini Paco Urondo Pasolini Paul Celan Pavece Pedro Salinas Pelicula Pessoa Poemas Sueltos Polonia Portugal Prado Radio Raymond Carver Recitados Revistas Rilke Rimbaud Robert Frost Roberto Bolaño Roberto Fernandez Retamar Roque Dalton Rusia Salvatore Quasimodo Savater Shakespeare Sonetos Sor Juana Ines de la Cruz Suecia T. S. Eliot Tagore Tomas Tranströmer Unamuno Uruguay Vicente Aleixandre Video Walt Whitman Wislawa Szymborska Yannis Ritsos

Popular Posts

 
Copyright © 2010 Compartir Poesía, All rights reserved
Design by DZignine. Powered by Blogger