Apostilla

/ 08 octubre 2020 /

¡Aprovechar el tiempo!
¿Pero qué es el tiempo, para que yo lo aproveche?
¡Aprovechar el tiempo!
Ningún día sin línea...
El trabajo honesto y superior...
El trabajo a la manera de Virgilio, a la de Milton...
¡Pero es tan difícil ser honesto o superior!
¡Es tan poco probable ser Milton o ser Virgilio!


¡Aprovechar el tiempo!
Arrancar del alma los bocados precisos —ni más ni menos—
para reunir con ellos los bloques precisos
que marcan sus improntas firmes en la historia
(y que también son firmes del lado de abajo que no se ve)...
Poner las sensaciones en un castillo de naipes, pobre China de las veladas,
y los pensamientos en dominó, igual con igual,
Y la voluntad en carambola difícil.
Imágenes de juegos o de solitarios o de pasatiempos —
Imágenes de la vida, imágenes de las vidas, Imágenes de la Vida.


Verbalismo...
Sí, verbalismo...
¡Aprovechar el tiempo!
No tener un minuto que el examen de consciencia desconozca.
No tener un acto indefinido ni facticio...
No tener un movimiento ajeno a los propósitos...
Buenas maneras del alma...
Elegancia de persistir...


¡Aprovechar el tiempo!
Mi corazón está cansado como mendigo verdadero.
Mi cerebro está listo como un fardo puesto al rincón.
Mi canto (¡verbalismo!) está tal como está y es triste.
¡Aprovechar el tiempo!
Desde que comencé a escribir han pasado cinco minutos.
¿Los he aprovechado o no?
Si no sé si los aproveché, ¿qué voy a saber de otros minutos?


(Pasajera que viajabas tantas veces en el mismo compartimiento conmigo
en el tren suburbano,
¿llegaste a interesarte en mí?
¿Aproveché el tiempo mirándote?
¿Cuál fue el ritmo de nuestro sosiego en el tren en marcha?
¿Cuál fue el entendimiento que no llegamos a tener?
¿Cuál fue la vida que hubo en esto? ¿Acaso fue esto la vida?)


¡Aprovechar el tiempo!
¡Ah, déjenme que no aproveche nada!
¡Ni tiempo, ni ser, ni memorias de tiempo o de ser!...
Déjenme ser una hoja de árbol, estremecida por brisas,
el polvo de un camino involuntario y solo,
el surco dejado en el camino por las ruedas mientras no pasen otras,
el trompo del muchacho, a punto de parar,
que oscila, con el mismo movimiento que la tierra,
y se estremece, con el mismo movimiento que el alma, y cae, como caen los dioses, en el suelo del Destino.

 

Álvaro de Campos
(Fernando Pessoa)

 

En extrañas cosas moro

/ 26 septiembre 2020 /

 

Simplemente no soy de este mundo... 
Yo habito con frenesí la luna. 
No tengo miedo de morir; 
tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva... 
No puedo pensar en cosas concretas; 
no me interesan. 
Yo no sé hablar como todos. 
Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, 
de donde no es, de los encuentros con nadie... 
¿Qué haré cuando me sumerja en mis fantásticos sueños 
y no pueda ascender? 
Porque alguna vez va a tener que suceder. 
Me iré y no sabré volver. 
Es más, no sabré siquiera que hay un “saber volver”. 
No lo querré, acaso.
 
 
 
Alejandra Pizarnik
 
 

Tres Poemas de Roque Dalton por Cortazar

/ 18 septiembre 2020 /

Buscándome líos

La noche de mi primera reunión de célula llovía
mi manera de chorrear fue muy aplaudida por cuatro
o cinco personajes del dominio de Goya
todo el mundo ahí parecía levemente aburrido
tal vez de la persecución y hasta de la tortura diariamente soñada.
Fundadores de confederaciones y de huelgas mostraban
cierta ronquera y me dijeron que debía
escoger un seudónimo
que me iba a tocar pagar cinco pesos al mes
que quedábamos en que todos los miércoles
y que cómo iban mis estudios
y que por hoy íbamos a leer un folleto de Lenin
y que no era necesario decir a cada momento camarada.
Cuando salimos no llovía más
mi madre me riñó por llegar tarde a casa.


Las feas palabras

En la garganta de un beodo muerto
se quedan las palabras que despreció la poesía.

Yo las rescato con manos de fantasma
con manos piadosas es decir
ya que todo lo muerto tiene la licuada piedad
de su propia experiencia.

Furtivamente os las abandono:
feas las caras sucias bajo el esplendor de las lámparas
babeantes sobre su desnudez deforme
los dientes y los párpados apretados
esperando el bofetón.

Amadlas también os digo. Reñid a la poesía
la limpidez de su regazo.
Dotadlas de biografía ilustre.
Limpiadles la fiebre de la frente
y rodeadlas de serenas frescuras
para que participen tambien de nuestra fiesta.



Alta hora de la noche

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
Porque se detendría la muerte y el reposo
Tu voz que es la campana de los cinco sentidos
Sería el tenue faro buscado por mi niebla
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta
No dejes que tus labios lleven mis once letras
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
Desde la oscura tierra vendría por tu voz
No pronuncies mi nombre
No pronuncies mi nombre
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre 


                                    Roque Dalton


.

Las Cosas Enteras

/ 09 agosto 2020 /


En un campo
soy la ausencia
de campo.
Siempre sucede así.
Dondequiera que esté
soy aquello que falta.


Si camino
parto del aire
mas siempre vuelve el aire
a llenar los espacios
donde mi cuerpo estuvo.


Todos tenemos razones
para movernos: yo me muevo
por mantener
enteras a las cosas.



Mark  Stand


.

Canción del atreverse a poder

/ 18 julio 2020 /

Atrévete a poder ser fuerte, y no te detengas:
atrévete a poder ser viejo, que si tienes hijos
un testamento les atará bien corto.
Atrévete a poder que no te guste mucho
ir testado por un mundo que se separa.
Si te sobran hijos, arréglales una guerra.
Atrévete a poder dar trabajo a “charnegos”.
Con tu sueldo, comprarán vino bastante agrio
para que en tres años les pudra los dientes.
No te dé miedo: tú toma el opio de los ricos
(opio, te llega de Escocia y de Roma).
Tú, muchacho nuevo, confía en años futuros.
Bastante tiempo tendrás de hacerte amigos virgilios
que te leguen eneidas que salvar.
Atrévete a poder hacerte persona augusta
cuando tengas tiempo. Y hoy, Octavio, chico,
atrévete a poder degollar a Cicerón.
Barbado Alfonso, emperador de España,
primo de un Santo, y Sabio tú mismo,
fíjate bien, que vendrán otros más sabios
a historiarte, y dirán que eres mal rey:
les has perdido una sucia batalla
que ellos se han atrevido a poderse hacer suya.
Fíjate bien, general, que una patria
se atreve a poner mucha esperanza en ti.
No te atrevas, no, a poder perder batallas.
Pero tampoco hace falta ganarlas todas.
Si tienes napalm con que sembrar campos del Norte,
atrévete a poder perder guerras del Sur.



Gabriel Ferrater


El lobito Bueno

/ 15 julio 2020 /

Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.


Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.


Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.



José Agustín Goytisolo

Dos muertes con tres ojos

/ 10 julio 2020 /

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.

Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.

Mudos, descenderemos en el remolino.


Cesare Pavece



VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

Fuera el primero
o el segundo fuera
a descubrir, saber o decidir
que hacía falta
humildad y valor
no orgullo o cobardía.

Fue el último,
penúltimo o quien fuera
en desdeñar artes y sortilegios
cuando la carne falta y Ella.

Fueron pretextos en realidad,
la libertad, la tentación vencieron
el terror y el instinto.


Alfonso Costafreda



 

Yo pregunto

/ 24 junio 2020 /
 


Ha muerto mi padre.
Se repite su ausencia cada día
en el hogar vacío.
Yo pregunto,
y además de la ausencia y además
de perder los caminos de esta tierra,
¿qué es la muerte?

Yo te pregunto, padre, ¿qué es la muerte?
¿Has hallado la paz que merecías?
¿Encontraste cobijo en nueva casa
o vas errante, y sufres bajo el frío
del invierno más grande, del total
desamor?

Yo te pregunto, padre, si son algo
los muertos, o si la muerte es sólo
una inmensa palabra que comprende
todo lo que no existe.


 
Alfonso Costafreda

De vita beata

/ 20 junio 2020 /


En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.



Jaime Gil de Biedma 


dos poemas de Jose Agustin

/ 07 junio 2020 /



A VECES

A veces
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión qué día es hoy en la sala de espera del dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.

A veces
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona que amas y eso te da un tremendo escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te enervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.

A veces
una muchacha canta y estás triste y la quieres
un ingeniero agrónomo te saca de quicio
una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.

A veces
explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre que en vida fue tu amigo
disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien no hace ni caso
hablan del tiempo y sueñas en una chica egipcia
apagan las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.

A veces
esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una servilleta de papel muy fino
hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea morder a tu vecina
subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta te violara antes del cuarto piso
repican las campanas y amas al campanero o al cura o a Dios si es que existiera
miras a quien te mira y quisieras tener el poder necesario para ordenar que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes del mundo.

A veces
sólo a veces gran amor.



EL QUE CUENTA LAS CAMPANADAS

El amante de medianoche,
el que ansió que ella le siguiera,
el que cuenta las campanadas
como un enfermo desahuciado;
el que pone cara de cárcel
cuando se mira en el espejo:
es el furtivo que no duerme
acechando a su compañera,
y ella es feliz porque ahora
vive una noche tan inefable
y tan honda como la muerte.



Jose Agustin Goytisolo







El Doliente

/ 04 junio 2020 /


Pasarán estos días como pasan
todos los días malos de la vida
Amainarán los vientos que te arrasan
Se estancará la sangre de tu herida

El alma errante volverá a su nido
Lo que ayer se perdió será encontrado
El sol será sin mancha concebido
y saldrá nuevamente en tu costado

Y dirás frente al mar: ¿Cómo he podido
anegado sin brújula y perdido
llegar a puerto con las velas rotas?

Y una voz te dirá: ¿Que no lo sabes?
El mismo viento que rompió tus naves
es el que hace volar a las gaviotas


Oscar Hahn

Para Andrea

/ 19 mayo 2020 /

La oruga es una trabajadora infatigable, mata
con su apetito sin boca algunos centenares de hojas
que el árbol le tiende compasivo de su ceguera
para ayudarla a cruzar la calle.
No deja más que huecos a su paso tal como lo pinta
esa tarjeta postal.
La mariposa, en cambio, salta del capullo
en el instante mismo de su transfiguración
en que como una flecha de nacimiento
abre los ocelos de sus alas a la luz
pero quizá no los ojos, porque también está ciega.
Ella baila con sus alas de artista
como una gitana al son de violines húngaros
y no se detiene dos veces en la misma flor.

La mariposa no puede recordar que ha sido oruga
así como la oruga no puede adivinar que será mariposa,
porque los extremos del mismo ser no se tocan.



Enrique Lihn 



.

en esta noche en este mundo

/ 30 abril 2020 /

 

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua nata castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe

no
palabras
no hacen el amor

hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?

en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisbilidades?
ninguna palabra es visible

sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he corrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

mi persona está herida
mi primera persona del singular

escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuaría siendo
lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

los deterioros de las palabras
deshabitando el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder

palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra licuefacción

y el perro del maldoror
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema

hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayúdame a escribir palabras
en esta noche en este mundo


Alejandra Pizarnik

Impotencias

/ 09 abril 2020 /

No sabéis lo que me gustaría
ser capaz de crear metáforas
como lo hicieron los surrealistas.
Lo que daría por poder decir
que el corazón es un cangrejo con alas
que va y viene a su antojo
siempre que la luna esté en cuarto creciente.
De verdad que me gustaría muchísimo
pero lo cierto es que a mí el corazón
cada día me pesa más me pesa tanto
que no hay quien lo mueva.
Qué mas quisiera yo
que poder sacarlo a pasear un rato al sol
decirle que se quede tranquilo que todo marcha.
Pero no hay forma. El puto corazón
está ya de vuelta de todo
hasta de las metáforas. Y me dice que no
que ya no hay marcha atrás
que hemos ido de caos en caos
y que así no hay quien viva.
Y que a estas alturas
no está ya para metáforas.

Francisca Aguirre

El cómplice

/ 05 abril 2020 /

Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.
Soy el poeta.


Jorge Luis Borges

Junto al Danubio

/ 02 marzo 2020 /

1.
Sentado en la piedra más baja del muelle,
vi como navegaba una cáscara de sandía.
Apenas escuchaba, sumergido en mi suerte,
el rumor de la superficie y el silencio del fondo.
Como si de mi corazón arrancara su curso,
era turbio, grande y sabio el Danubio.

Igual que los músculos cuando el hombre trabaja,
limando, martillando, cavando, levantándose un techo,
saltaban, se estiraban y enervaban
cada movimiento y cada ola.
Y, como mi madre, el río me mecía, me contaba cuentos
y lavaba todas las ropas sucias de la ciudad.

De pronto empezó a lloviznar
y, como si todo diera igual, escampó.
Tal como aquel que mira la lluvia prolongada
desde una cueva, contemplé el horizonte:
como una indiferente, eterna lluvia, iba cayendo
el pasado ya descolorido.

Corría el Danubio. Y como un nino en el regazo
de una madre fértil y abstraída,
jugaban graciosas las olas
y llegaban sonrientes hasta mí.
Así se estremecían en la corriente del tiempo,
como las tambaleantes lápidas de un cementerio.


2.
Hace cien mil anos miro las cosas
que ahora veo de repente.
Sólo un minuto, y poseo completamente el tiempo
que cien mil antepasados miran conmigo.

Veo lo que no vieron, porque cavaron,
mataron, abrazaron, hicieron lo que tenían que hacer.
Y ellos, inmersos en la materia, ven
lo que no veo, si debo confesarlo.

Nos conocemos como la pena y la alegría.
Yo poseo el pasado y los antepasados el presente.
Escribimos poesía (ellos guían mi lápiz
y yo los siento y los recuerdo).


3.
Mi madre era cumana, mi padre era sekler,*
casi rumano, o tal vez rumano completo.
De boca de mi madre era dulce la comida,
de boca de mi padre era dulce la verdad.
Cada vez que me muevo ellos se abrazan.
Por eso me pongo triste algunas veces
(esto es como la muerte). Yo fluyo de ellos.
“¡Ya verás cuando no existamos! “, me dicen.

Me lo dicen porque ahora yo soy ellos.
Por eso mi debilidad es mi fuerza.
Ahora recuerdo que soy más que muchos,
porque soy todos los ancestros hasta el germen primero,
soy el Ancestro que se abre para multiplicarse,
me divido feliz en mi padre y mi madre,
y mi madre y mi padre se dividen en dos
¡y yo me multiplico en el ardiente Uno!

Yo soy el mundo –todo lo que fue y lo que es–:
muchas nacionalidades que entrechocan.
Los conquistadores muertos vencen conmigo
y el dolor de los vencidos es mi condena.
Arpád y Zalán, Werbőczi y Dózsa,**
turco, tártaro, eslovaco, rumano, se arremolinan
en este corazón que le adeuda al pasado
el suave futuro, ¡húngaros de hoy!

Yo quiero trabajar. Pero ya basta
con el esfuerzo de confesar el pasado
al Danubio, que es el pasado, el presente y el futuro,
en donde las suaves olas se entrelazan.
La lucha que libraron nuestros antepasados
va disolviéndola en paz la memoria,
y arreglar al fin nuestras cosas comunes,
esto es nuestro trabajo – y no es poco.


Attila Jozsef

 ____
*Los cumanos eran los miembros de una antigua tribu de origen turco. / Sekler: Raza húngara de transilvania.   
**Jefe de las tribus húngaras que conquistaron el territorio de Hungría en 896 d. C. / Rey que fue vencido por Árpád durante la conquista. / Jurista del siglo XVI, redactor del código feudal húngaro. / Jefe de una rebelión campesina en el siglo XVI a quien los nobles condenaron a la hoguera. 

.

Cuatro Lieder

/ 14 febrero 2020 /

I
El aire fino vuelve a la montaña.
De tu rostro todo recuerdo se evapora.
Imagen pura, las veces que te veo no te ocultan.
Como ondas se apartan y te muestran más Clara:
Y no te veo sino una sola vez.

Eres primera vez.

Cielo infinito y lavado hasta la piedra,
Para qué mirarte hasta el exceso.
No serás más próximo ni más bello;
Mis ojos no podrían sembrar nada en tu frescura.
Eres primera vez como ella, cielo infinito y solo. 


Eduardo Anguita

No puedo estar sola

/ 12 febrero 2020 /

No puedo estar sola,
pues me visitan multitudes;
incontables visitantes
que irrumpen en mi cuarto.
No tienen ropas, ni nombres,
ni tiempo, ni país;
tienen casas compartidas,
como los gnomos.
Su llegada puede ser anunciada
por mensajeros, en lo interior;
su partida, no,
pues nunca se marchan.



Emily Dickinson
 

Tres olvidos de Borges

/ 31 enero 2020 /
Everness





Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
y cifra en Su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.

Ya todo está. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que irá dejando todavía.

Y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin sus arduos corredores

y las puertas se cierran a tu paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores.


Aquí. Hoy

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y que no veremos.

Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y del término, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.

No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá que fui sobre la tierra.

Bajo el indiferente azul del cielo
esta meditación es un consuelo.


Borges y yo (fragmento)

Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.

El futuro

/ 15 enero 2020 /



Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle, en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado, ni en el gesto
de elegir el menú, ni en la sonrisa
que alivia los completos de los subtes,
ni en los libros prestados ni en el hasta mañana.
 
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré amor mío, sin que sea por ti,
y compraré bombones pero no para ti,
me pararé en la esquina a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles y de puentes.
No estarás para nada, no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.
 
Cortazar

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