Tengo ternura para ti, viajera,
Paréceme serena tu juventud,
Compasivo tu pecho
Y presto tu pensamiento.
Las heridas que en mí miras
A veces condolida, risueña otras,
Ni mal habidas son ni me atormentan.
Estas que ven el sol tú curarías.
Hay otras que, aunque más dolorosas,
No quisieras mitigar.
¿Tienes tú de éstas?
Macedonio Fernández
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