Querida Carmen hoy
no me importa que digan los periódicos
que prosigue la huelga de estudiantes
o que ataca el Viet-Cong
pues ahora
hace muy poco tiempo -tan sólo
unos minutos-
ha empezado a llover -es importante
el agua sucia empieza a resbalar
por las paredes forma
charcos brillantes cae saliva
de los coches parados en la calle
y los toldos se comban por el peso
del agua y es posible
que dure algunas horas el chubasco-
y yo estoy en un bar lleno de gente
con humo y mal olor de bocadillos
y bebo mi segundo
gin-tonic de la tarde y me he tragado
dos librium ya lo ves llevo la cuenta
y como te decía
ya no me importan nada las noticias
ni la gente que corre ni la vida
es decir que me importa sólo el agua
que está cayendo siempre con más fuerza
salpicando el cristal junto a mi cara
y pienso en cosas dulces y difíciles
-ser más guapo tener
a una chica bonita y cabreada
caminando a mi lado por un feroz pasillo
lleno de puertas altas y de cuadros
de antepasados medio sifilíticos
que sonrían y en voces
hondas voces severas no como estas
que hablan de futbol y de tonterías
con tono pegajoso y aburrido-
y esto me reconforta. Soy capaz
de amar a un elefante de tener
concomitancias con un gran marica
de prestar mi corbata
de jugar a fantasmas con mi prima
y me levanto llamo al camarero
-sigue lloviendo oh agua sucia cae
cae por favor
sobre la horrible piel de Barcelona
no te detengas hasta que me duerma -
y pago los gin-tonic y el tabaco
recojo mis papeles y estoy viendo
que hago nuevos proyectos imposibles
y cuando estoy a punto
de salir de una vez de este tristísimo
café de la puñeta ya me olvido
del hombre que yo fui hace diez minutos
de su ternura inútil de su frío
de las pastillas que necesitó
para decirle adiós al limpiabotas
y salir por la puerta en donde ahora
pienso en ti en tus pestañas y en tu abrigo
y te escribo enseguida
para que leas esto y me recuerdes
bebas un trago y otra vez me olvides.
Jose Agustin Goytisolo
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