Lo gritaré

/ 27 octubre 2025 /


Mientras me queden algunas pulgadas de tierra
mientras me quede un olivo
un naranjo
un pozo… un bosquecillo de cactus
mientras me queden recuerdos
una pequeña biblioteca
la foto de un antepasado… un muro
mientras queden en mi país palabras árabes
y cantos populares
mientras queden manuscritos de poemas
y los cuentos de Antar Al’Absi
«las guerras del Llamado en las comarcas de Roma
y Persia»
mientras me queden ojos
libros
manos
mientras me quede aliento
lo gritaré de frente al enemigo
lo gritaré, declaración de guerra
en nombre de los hombres libres
obreros, estudiantes, poetas
lo gritaré… y que los panzas flojas
y los enemigos del sol
se harten del pan de la vergüenza
mientras me quede aliento
y aliento me quedará
mi palabra será el pan y el arma
en manos de los guerrilleros.


Samih Al-Qasim

Noche triste de octubre

/ 22 octubre 2025 /


Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.

Adelantaron
las lluvias, y el Gobierno,
reunido en consejo de ministros,
no se sabe si estudia a estas horas
el subsidio de paro
o el derecho al despido,
o si sencillamente, aislado en un océano,
se limita a esperar que la tormenta pase
y llegue el día, el día en que, por fin,
las cosas dejen de venir mal dadas.

En la noche de octubre,
mientras leo entre líneas el periódico,
me he parado a escuchar el latido
del silencio en mi cuarto, las conversaciones
de los vecinos acostándose,
todos esos rumores
que recobran de pronto una vida
y un significado propio, misterioso.

Y he pensado en los miles de seres humanos,
hombres y mujeres que en este mismo instante,
con el primer escalofrío,
han vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,
por su fatiga anticipada,
por su ansiedad para este invierno,

mientras que afuera llueve.
Por todo el litoral de Cataluña llueve
con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas, filtrándose
en los talleres mal iluminados.
Y el agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas en el barro,
árboles, zapatos cojos, utensilios
abandonados y revuelto todo
con las primeras Letras protestadas.


Jaime Gil de Biedma

Gaza Nueva

/ 16 octubre 2025 /


No queda tiempo
así que no te quedes en el vientre materno
apúrate a llegar mi pequeño
no porque te estoy añorando
sino porque la guerra arrasa
y me temo que no verás tu patria
como hubiera querido la vieras.



Tu patria no es la tierra
ni mar que auguró nuestra vida y dejó de ser:
tu patria es tu gente.
Ven a conocerla
antes que las bombas mutilen
y me vea forzado a juntar los restos
para que sepas que los que ya no están
y los que no estarán
eran hermosos
e inocentes.
Que tenían niñas y niños como tú
que dejaron escapar
del gélido frío que en cada ataque
envuelve a los muertos,
niños ahora huérfanos aferrados
a un tenue salvavidas.



Si te demoras
puede que no me creas
y creas en una tierra
sin gente
y que nunca estuvimos presente.
Dos veces exiliados
y luego nos revelamos
por setenta y cinco años
contra nuestra desventura
una vez que nuestra suerte
lo hizo todo nefasto
y la esperanza se volvió oscura.



Sé que la carga es muy pesada,
demasiado para que la puedas soportar,
perdóname por dar a luz
como una gacela
temo a las hienas
que acechan en cada hoyo
listas para avalanzarse.
Apresúrate a llegar
y luego corre
tan lejos como puedas
para que no me quede
devastado por el remordimiento.



Anoche la desesperación me agotó,
y me obligué a guardar silencio
¿Por qué exponer a mi pequeño ser de brisa
a la despiadada Tempestad?
Pero hoy me veo obligado a regresar
con noticias de último momento:
Han bombardeado el hospital Bautista de Gaza
entre las 500 víctimas se encuentra un niño
al que le falta la mitad de la cabeza
pero mantiene los ojos abiertos:
A su lado su hermano gime
amargamente su luto:
¿Puedes verme, mi hermano? ¿Me estás viendo?
Pero el cuerpo inerte ya no mira,
de la misma manera que el mundo agitado,
que condena por un par de horas
y luego se apresura a dar vuelta la página,
relegandole a él y a su hermano al olvido,
tampoco puede verle.



¿Qué decirte ahora?
El desastre y la catástrofe son hermanos
ambos me atacan famélicos y rabiosos
hasta que me tiemblan los labios y de ellos caen
todos los posibles sinónimos
de cadáver.

En tiempo de guerra no confíes en ningún poeta,
porque son lentos como una tortuga
en su esfuerzo fútil de competir contra una masacre
que gana terreno como una liebre.
La tortuga se arrastra
y la liebre salta de un crímen a otro
y llega hasta la Iglesia Ortodoxa
que acaban de bombardear bajo la mirada de Dios
que venía de una mezquita hecha escombros.
Creíamos contar con la protección de Dios pero
¿dónde se haya el salvador
cuando nuestro Padre que crea arte desde el cielo
es el avión
en soledad y sin compañero
solo tripulado por el que viene a bombardearnos,
y su acierto es nuestra sumisión?
Mi niño, de ahora en más en la cruz
habrá lugar suficiente para todos los profetas,
como bien lo sabe Dios
pero tú y otros inocentes como tú
aún lo ignoran.


Marwan Makhoul

 

2 poemas de Juarroz

/ 12 octubre 2025 /



ASÍ COMO NO PODEMOS


Así como no podemos
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.

No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo
las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.

El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,
ni tampoco a lo que no es el hombre.

Y sin embargo puede
soportar el peso inexorable
de lo que no existe.

 

CADA UNO TIENE SU PEDAZO DE TIEMPO

Cada uno tiene
su pedazo de tiempo
y su pedazo de espacio,
su fragmento de vida
y su fragmento de muerte.

Pero a veces los pedazos se cambian
y alguien vive con la vida de otro
o alguien muere con la muerte de otro.

Casi nadie está hecho
tan sólo con lo propio.
Pero hay muchos que son
nada más que un error:
están hechos con los trozos
totalmente cambiados.


Roberto Juarroz

Después del gólgota

/ 04 octubre 2025 /

Viví con Cristo,
morí con Él y resucité.
Mi voz clamó en el desierto
como si fuera otra voz,
ardiendo con un fuego desconocido.
¿Por qué el fuego? ¿Para quién?
Dame sombra y agua fresca
y yo colgaré mis recuerdos en
la pared de una habitación abandonada.
La muchedumbre se ha dispersado y
los invitados se han marchado.
La voz clama en vano
como la voz de antes de la muerte y
el Gólgota.
 
En mis labios hay restos de miel
y de hiel.
 
¿He venido después de morir para
oír mi voz aferrándome
al vacío que abandoné?
Dame sombra. Y tú, mujer,
pon un trozo de hielo en tu agua.
El sol abrasa. La vida después de la muerte es
fatiga y mi voz ama el fuego.
¿Por quién? ¿Por quién
he cerrado los ojos, mientras en mis labios quedan
restos de miel y de hiel?


Yabra Ibrahim Yabra


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